martes, 29 de diciembre de 2009

Bueno, hoy no tuve más paciencia.

Perdón.

Resulta que hablé con vos un montón de cuestiones que resultan razonables y me parecen de lo más bien.

Pero hoy no tuve paciencia. Me ganaron las ganas de decirte todo. Que te quiero, que quiero estar con vos y que me encantaría compartir aunque más no sea un café con tus palabras. En lugar neutral, no sea cosa que temas a mis impulsos cuando te veo. No sea cosa que te asuste mi elocuencia. Yo quería tu imagen pero ya no está. Tu timbre de voz y tus modos. Yo quería estar con vos hasta que me agote. Yo entiendo como son las cosas y pido perdón por romper lo dicho en mil pedazos con estas palabras, pero no me pude seguir guardando sin decirte nada. No pude seguir aspirando a que encuentres botellas de náufragos con notas en los lugares más recónditos. Perdón de verdad. También siento algo de incomodidad por hacer esto, pero lo necesito. Si no te escribo voy a explotar con todo adentro. Me encantaría verte. De verdad me encantaría verte. Yo sé que es difícil, pero un momento de tu imagen podría darme un rato de paz entre tanta oposición de la ciudad con lo que uno quiere de uno mismo.

Yo sé que vos no crees que tu sonrisa pueda hacer milagros, pero yo podría asegurarte que los logran en cualquier esquina.

Podría sonar adolescente en un declarado mensaje de amor de esta clase, pero que más se puede hacer en estas situaciones. Quisiera poder resolverlo con olvidos y medios discursos, pero la única verdad que encuentro es que me gusta mucho la esencia de cada cosa que sos. Y no lo puedo evitar. Yo quiero, te juro que hice el intento en cada minuto de todo este tiempo, pero no sentir ni una sola palabra que puedas decirme no me deja conforme con ninguna cosa del resto de lo que me pasa.

Yo sé que hay mil cuestiones que apreciar y que mil más estarán por venir, pero si no te digo que me juego el todo por el todo me muero antes de nacer.

No sé como estarás recibiendo esto. No quiero espantarte ni que creas que soy un loco perdido. Pero me gustás mucho. Me encantás y tu recuerdo me ronda todos los días. Preferiría sacarlo de ahí. Te soy sincera. No quiero ser una insoportable. Pero sé que aún en mangas de camisa y zapatillas, las princesas grises no podemos más que seguir intentando el amor. No puedo prometerte nada. Solo tengo lo que ves. Sin embargo, iría en pos de cualquier futuro que quisieras. Mi amor es de tesón y fuerza. Y no lo lamento por lo que pueda ocasionar, lo valoro por eso. Es así.

Por lo pronto, no quiero dejar de escribir frente al teclado para contarte las mil tardes que pudiera imaginarme ni los mil llantos que puedo consolar.

Tengo brazos fuertes y voluntad. Tengo valor para afrontar futuros inciertos. Tengo amor de a sorbos por ahora, pero a granel si fuera posible. Tengo una foto tuya en mi computadora y alguna que otra anécdota que recordar. Tengo el par de besos que me doy el gusto de besar de vez en cuando.

Y yo no quería, eh? Te lo juro. Yo quería que todo fuera de otro modo y no joder, pero resulta que sin saber por qué no cómo, un día tuve un par de abrazos y un par de charlas y un par de imágenes de lo lindo que sería y no pude desprenderme de ellas.

Ya sé además que no corresponde y que elegís lo que elegís y que no sé. Pero.... ¿Qué hago si no apuesto? ¿Qué hago si no te busco? ¿Qué me digo? ¿Lo dejaste ir sin luchar? ¿Lo abandonaste sin hacer nada? ¿Te acomodaste a las cosas sin pelear por ellas? ¿Y cómo me miro al espejo? Yo que siempre luché por la pasión por sobre todo... Yo que siempre me jugué cada centavo por el deseo... ¿Cómo miro esa figura en el espejo si no es sabiendo que traté hasta el final?

Yo quiero estar con vos. Lo quiero con todas mis ansias. No en desmedro de lo demás. A favor nuestro.

Los que no brindamos en las mesas de los ganadores eternos sólo tenemos la lucha por nuestras quimeras. Si no luchamos por ellas no somos nada. Yo soy pasión. Yo tengo que luchar por vos. Si no, no sería yo. Si no, no serías tan hermoso. Si no, no sentiría tu palabra y tu belleza cada vez que aparecés en la nebulosa de mi memoria.

¿Qué harías vos? ¿Qué harías si estuvieras enamorado? ¿Te quedarías en tu casa esperando la nada?

Yo estoy enamorada. Y una mujer enamorada debe hacer lo que debe hacer. No sé si es lo más diplomático ni lo más saludable. Pero si me privo de esto estoy jodida. Estoy jodida para siempre. Porque privarme de esto es privarme de la posibilidad de un amor que me haría feliz, y no quiero privarme de esas cosas. Ni ahora ni nunca.

Yo sé que lo hablado está hablado y es verdad. Todo bien. Pero yo estoy acá, y me muerdo por besarte en cualquier esquina, y decirte bienvenido, no tengo mucho pero es tuyo, soy sencilla y me entrego, lo que ves es todo lo que hay y es para vos.

Yo sé que no sería ético y no sé que guarrada más. Yo sé todo lo que las formas dictan, pero hoy no tengo fuerzas para seguir mordiéndome la lengua y tengo ganas de estar con vos un solo instante y sentirme llena por cualquier pavada que pueda hacer que te genere esa risa que me resuena adentro todavía.

Basta de pedir perdón. Carajo. Al final de cuentas, esto es una carta de amor. Y no se pide perdón por amar.

Espero que lo entiendas.

Espero, mucho más, que lo compartas algún día.


Sacado de algún blog, que aparentemente
pudo poner en palabras lo que yo siento hoy.