miércoles, 3 de junio de 2009

Quisiera poder explicarte, pero por sobre todas las cosas explicarme, que me está pasando. Seguir hablando (con tu versión ausente) de nosotros me va a confundir más de lo que ya estoy, pero necesito entender.

El problema acá es que si lo ves fríamente, no hay nada que entender. Soy tu amante, la actriz de reparto, tu segundo plano, tu plan B. Estás casado, y fuiste claro, por más confundido que estés no tenés intenciones de dejar a tu esposa por mí. Y sé que tampoco lo puedo pretender, ya sé. Llegué tarde a tu vida. Tan claro como esto, y a la vez nada tiene sentido.

Mi cabeza, mi cuerpo y hasta me animaría a decir que mi corazón también, está con vos. Y con vos me siento tan mujer. Tu mujer. Es tan difícil sacarme tu olor. Y paso el día entero buscando la magia que siento cada vez que te miro. Cada vez que me cruzo con vos en un pasillo empiezan esas mariposas en el estómago, esas que siempre dije que no existían. Y te comería a besos cada vez que te veo. Y me despierto con tu mensaje y me alegra el día. No sé como explicarte.

Tengo tantos silencios adentro. Tengo tantos sueños que te esperan. Tengo tanto para darte, tantos mimos, tantos besos. Sé que puedo alegrarte la existencia, esa que te pesa tanto ahora. Soy capaz de hacerte sentir lo que siempre quisiste sentir. Puedo ser tu amiga, tu mujer, tu compañera, tu amante, tu caramelo.

Pero saber que no puedo confesar cuánto te extraño me mata. No poder decirte lo que provocás en mí me mata. Sentirte lejos cuando te he sentido tan cerca… Soy un poco de momentos juntos. Nada más. Y toda la alegría que me das cada vez que me mirás, que me ves, que me demostrás que pensás en mí queda reducida a nada, a algunos ratos. Y no sabés como me duele, acá adentro, profundo y fuerte.

Soy conciente de tu situación. En serio. Y no es que te quiera pedir nada, pero cada día me resulta más complicado aceptarla. Porque me encantaría gritar al mundo que yo soy tuya, y que vos sos mío y de nadie más, me encantaría despertarme y que sea tu carita lo primero que veo, y lo último que veo antes de dormir cada noche con vos, esperarte con la merienda y cocinarte rico. Tan simple como eso, tan importante como eso. Estoy en el punto ese en que no me puedo imaginar la vida sin vos, aunque sea de esta forma de mierda en que te tengo ahora, ese punto en el que pensarme sin vos me provoca una angustia terrible. Y ahí me doy cuenta de que prefiero tenerte así a no tenerte. Y me odio por eso. Porque no me lo merezco, te merezco completo, y todo para mí. Sí, a vos, a nadie más.

Sos responsable de hacerme sentir todo esto. Y también sos el responsable de que en este momento, justo ahora, mi pensamiento no tenga paz.

2 Comments:

Anónimo said...

Paulina, lei todos los post. Q situacion de mierda y aunque duela, deberias tratar de ir alejandote de él que obviamente no te esta haciendo bien.
Se que es dificil, pero vos sos fuerte y vas a poder.
Saludos!

Diario de nuestros pensamientos said...

sabes.. esta situacion tb la tengo yo.Y creerme que no se siestamos haviendo bien( tu y yo) en seguir con esta historia pero... o tb prefiero ser "la otra" a no tenerle nunca.
te entiendo tanto... no te puedo aconsejar ni recomendar pero .. muchos animos
Besos